No lo sé.
No estoy seguro,
pero dicen que volverá
la primavera
para rasgar
las cuerdas del tendal
donde pusiste a secar
mis pestañas.
No las tengo todas conmigo,
pero es posible que
aprenda a volar
cuando los días
duren más que el amor verdadero.
Quizá me equivoque,
pero empiezo a pensar
que la vida comienza a amargar
conforme los labios
se van tiñiendo de azul oscuro.
No creo que sea cierto,
pero he llegado a leer
que el día de mañana
viviremos más,
a pesar de que no sea mejor.
A riesgo de tropezar
una vez más con la verdad,
me gustaría pensar
que alguien se detuvo
a arrancar la flor de la locura.